Principios para el trabajo de Pilates con embarazadas
Fortalecimiento del suelo pélvico: el periné tiene tres funciones: soporte, contracción y relajación. Después de un parto narural, los músculos del periné quedarán debilitados y no pueden ejercer su función incluso hasta después de dos meses de haber dado a luz.
La debilidad del suelo pélvico origina incontinencia urinaria, incontinencia fecal y en ocasiones prolapsos de los órganos de la pelvis. Por eso es importante reeducar a la mamá a encontrar el suelo pélvico. Al principio no tiene sensación de esa musculatura pero con tiempo y paciencia se va recuperando.
Prevenir lesiones de la espalda: con el peso del bebé dentro de la panza de la madre, se va deformando la postura llegando a provocar molestias en la columna, lesiones y ciáticas. El Método Pilates previene estas complicaciones, ya que fortalece suavemente y de forma dirigida la zona abdominal, se realizan ejercicios de movilización de la columna para mantener su flexibilidad, se fortalecen los músculos posturales y se evita que la columna se lesione.
Recuperación de la estabilidad en la pelvis: recuperar la estabilidad en la pelvis es recuperar el equilibrio muscular en la embarazada, especialmente el transverso abdominal, el diafragma, el periné y los músculos posturales de la espalda. La inestabilidad pélvica y el aumento de la lordosis fisiológica, puede causar desequilibrios en la columna entera, malestares y dolores lumbares, que con la práctica constante del Método Pilates, se pueden prevenir.
Mejorar la respiración: es sabido que el control de la respiración ayuda a concentrarse, relajarse y mantener el cuerpo en estado de armonía. Durante el parto la respiración ayuda a paliar los dolores, evitar tensiones musculares que puedan dificultar el alumbramiento y al bienestar de la madre para que el parto resulte agradable y natural.
Mejorar la circulación y reducir el edema: durante el embarazo y sobre todo en los últimos meses de gestación, el peso del bebé oprime arterias, venas y circulación linfática pudiendo provocar retención de líquidos, varices e incluso hemorroides. Pilates mejora la circulación sin tener que hacer ejercicios cansados y estresantes para la madre. Para recuperarse después del parto se empezarán a hacer ejercicios después de entre 6 y 8 semanas después del alumbramiento y bajo consentimiento médico.
Hiperlaxitud ligamentosa: la liberación de una hormona llamada relaxina, ayuda a relajar los ligamentos de la pelvis y facilitar la separación de las superficies articuladas, en el momento de dar a luz. Esta hormona afecta a todos los ligamentos del cuerpo, lo cual puede generar un aumento de la flexibilidad. La recuperación de la estructura ligamentosa puede tardar hasta seis meses, por lo que se debe recuperar la estabilidad articular, sobre todo en la columna, de una manera conciente y sumamente controlada.
Diástasis del recto abdominal: es una condición en la cual las fibras del músculo recto abdominal que normalmente están unidas por la línea alba se encuentran separadas. La línea alba se distiende haciéndose más fina o incluso puede llegar a separarse completamente, los órganos internos empujan hacia fuera llegando a provocar una hernia abdominal. Suele aparecer en el segundo o tercer embarazo.
Se diagnostica normalmente durante el segundo trimestre o después del parto. Se puede evitar que la diástasis aumente e incluso se puede recuperar dependiendo del grado de distensión.
El entrenamiento para estas personas estará enfocado principalmente al trabajo de centramiento, mediante el cual, se fortalecerá rápidamente el transverso abdominal, acompañado de una correcta respiración.
¿Se puede hacer ejercicio estando embarazada?
Prescripción del ejercicio durante el embarazo
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